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domingo, 8 de mayo de 2016

Armando Sanchez (cuento)



Un caso siniestro



Lo recuerdo como si hubiera sido ayer…


Era un día soleado, bueno no muy soleado, un poco soleado, bueno está bien, estaba lloviendo; así que era algo gris estaba en casa. Toda mi familia estaba de viaje, decidí no acompañarles, porque no me sentía muy bien, no quería dañarles el viaje; así que decidí salir a comprar películas de amor.

Llegue a la tienda encontré allí a mi mejor amigo, el me pregunto ¿Por qué no había viajado con mi familia? Le explique que no me había sentido muy bien y de cierto modo me gustaba estar sola. Frente a nosotros estaba un grupo de muchachos que no me quitaban la mirada, desde que entre a la tienda. Al pagar las películas uno de los muchachos me toco una nalga y no lo dude dos veces para propinarle una cachetada. Salí furiosa de la tienda, tenía tanta ira que al cruzar la calle un carro casi me atropella; al voltearme para insultar  al conductor note que los chicos de la tienda me seguían; al verlos me asuste y salí corriendo hacía mi casa. Al  llegar le puse seguro a todas las puertas, fui hacia las ventana para ver si me habían seguido pero no vi nada, ya era muy tarde prepare palomitas de maíz, subí al cuarto puse una de las películas me quede dormida desperté por un ruido en la cocina, cogí un bate de béisbol y bajé, al entrar sentí un fuerte golpe en la nuca me desmaye.

Desperté amarrada a mi cama y asustada pues no sabía lo que pasaba, empecé a gritar  pues vi a los putos muchachos alrededor de la cama, uno de ellos me amordazo y me golpeo en la cara gritándome que me callara, otro de ellos me rasgo la ropa y dijo: “Esto te gustara”; Solo lloraba pues no podía hacer más. Eran como 5 y se turnaban para violarme, en ese momento tocaron la puerta, uno de ellos se asomó a la venta escuche que dijo que era el idiota que estaba con ella en la tienda; Brayan el líder del grupo bajo, escuche un forcejeó luego un disparo y al subir vi que tenía sangre por todo el cuerpo y asustado dijo: “amigos lo mate, lo mate” me puse como loca comencé a moverme muy fuerte y pude soltarme, al hacerlo uno de los tipos me  golpeo en la cabeza me desmaye.

Desde ese día soy otra persona. Diez meses después se encontraron cuerpos desmembrados en diferentes lugares del pueblo, todos tenían algo en particular y era que les faltaba su órgano reproductor masculino y había  uno en especial que era totalmente desagradable verlo era tan desagradable que solo pudieron identificarlo por sus dientes; le decían “El Brayan”.

Hoy se cumplen dos años desde aquel día y aunque sigo encerrada, no me arrepiento de lo que hice. 



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